El tema de la pedagogía se expone desde un ángulo social, y
en función de sociólogo nos habla el autor, Emilio Durkheim, pues él considera
que la educación es cosa eminentemente
social, es decir, mayoritariamente o en su gran parte social. Es así como desde
sus orígenes y funciones la pedagogía depende de la sociología más que de
cualquier otra ciencia. Es también cierto que para poder comprender en su
totalidad y de la mejor manera, cualquier principio general, se necesita
avanzar en su estudio paulatina y progresivamente, según se llegue al detalle
de los hechos y su aplicación de los mismos.
Durkheim señala en el primer capítulo que hasta hace
relativamente poco , los pedagogos modernos coincidían en que la educación era
netamente individual y, por tanto, la pedagogía era un simple corolario (no era
necesaria su comprobación) inmediato y directo de la psicología.
Tanto para Kant, Mill, Herbard, como para Spencer, la
educación tenía como objeto principal llegar a la máxima perfección posible del
individuo realizando en cada uno de ellos los atributos constitutivos de la
especie humana en general. Se estableció que había una educación conveniente a todos los hombres sin importar sus
condiciones históricas y sociales. El fundamento de esta idea era que existía una naturaleza humana cuyas formas y
propiedades pueden determinarse una vez por todas. El problema pedagógico se
redujo entonces en la manera de ejercer la adecuada acción educativa sobre la
naturaleza humana. Pero este postulado carecía de observancia al lado social,
pues todo hombre que se desarrolla en sociedad se ve afectado por ésta de
manera directa o indirecta; por otro lado, las condiciones sociales de cada
individuo no son las mismas, por tanto no se obtienen siempre los mismos resultados.
De limitarse la vida a un destino, el hombre desde que nace es todo lo que puede ser y debe
ser; o a la constitución instantánea de su ser, el educador no tendría nada
esencial que añadir a la obra de la naturaleza, no crearía nada nuevo pues de
nada valdría intentar cambiar el destino de cada vida si el hombre en su ser ya
tiene escrita la manera de comportarse, y sobre todo, ya es lo que tiene que
ser por el simple hecho de tener que serlo.
El papel de la educación se limitaría a impedir que las
cualidades individuales se atrofiasen por desuso, o se desviasen de su
dirección predeterminada, o se diera un desarrollo paulatino y tardío. En
conclusión si esto pasara, las condiciones de tiempo, de lugar y el estado en
que se encuentra el medio social carecerían de importancia para la pedagogía. Así
para saber en qué sentido y de qué manera debe dirigirse el desarrollo, se
deberá observar al individuo y sólo al individuo, es decir, conocer cuáles son
sus facultades natas y cuál es la naturaleza de las mismas. En la realidad, la
ciencia que se encarga del estudio, desde el método científico, de lo
individual, es la psicología; y en ningún pueblo ha sido puesto en práctica el
modo de aplicación utópico de la pedagogía, anteriormente señalado.
La educación ha sido enteramente diferente desde que el
hombre se dividió en clases, así en Roma la formación de los plebeyos no era la
misma que la de los patricios, incluso en la actualidad la forma de recibir
educación de un hijo de obrero a un hijo de empresario difiere, no sólo por la
sociedad en que se desarrolla uno y otro, sino también en los medios sociales
de los que se ven rodeados uno y otro.
En efecto, la educación de los individuos no debería
depender, y no depende en su totalidad, de la ubicación geográfica, o de los
padres que tenga; pues por ejemplo, una familia de campesinos puede lograr
otorgarle la posibilidad de estudiar una carrera a su hijo, pero claramente no
será el mismo ambiente social de desarrollo del hijo de campesinos al de un
hijo de abogados.
Además las profesiones mismas necesitan un modo adecuado y
único de enseñanza. Cada profesión establece un medio sui generis (de su propio género) que requiere aptitudes
particulares y conocimientos concretos, y como al niño se le tiene que formar acorde a la función que tendrá que
desempeñar, la educación a partir de cierta edad no puede ser la misma. Este
cambio se empieza a dar en el centro, países desarrollados, cada vez más precoz
y más específico, dando paso a la heterogeneidad, a veces de mayor desigualdad,
otras de menor.
Y para encontrar una educación plenamente homogénea e
igualitaria nos debemos remontar a las sociedades prehistóricas, donde no
existe ninguna diferenciación.
El autor va a demostrar por qué es un fenómeno sociológico y
para ello recurre a las diferentes etapas de la historia.
Las educaciones especiales se dan porque la sociedad
necesita que se diversifiquen los empleos, y
cuando llega a especializarse el hombre no lo hace porque en su interior
exista algo que lo lleve a ello, sino porque el hecho de que forme parte de una
sociedad lo lleva a repartirse de manera inconsciente a veces, el trabajo.
Se refleja en la
historia de la humanidad y en diversas culturas, que el hombre ha sido formado con
un fin específico por ejemplo el rito de iniciación, tenía como principal
propósito instruir a los adolescentes para incorporarlos a la sociedad de tal
manera que este paso significaba hacerse
hombre, y por tanto hacerse ciudadano. Este hecho que sin duda tiene rasgos
simbólicos fue en el fondo una manera de educar al hombre como ser social de
ese momento.
Así mismo en Grecia y Roma los pedagogos se encargaban de
hacer ciudadanos griegos y romanos, porque las condiciones sociales así lo
requerían. Si la actuación del hombre ha variado a lo largo de la historia, no
ha sido porque en su naturaleza esté netamente dado el cambiar, sino porque las
diferentes sociedades en las que se ha ido transformando han tenido distintas
necesidades sociales. En la época antigua, había una necesidad primordial de
guerreros para proteger sus ciudades; ahora en cambio se necesitan cierto
número de científicos calificados, para seguir innovando, y obreros para que no
se deje de producir, pues vivimos en el modelo de producción capitalista.
La educación entonces, es una forma de perpetuar a la misma
sociedad, los jóvenes han de educarse de tal manera que sustituyan a sus
padres. Pero como se ha dicho anteriormente, el hombre tiene la capacidad de
desempeñar diversas funciones, es plástico;
así pues, no podemos desarrollar con la intensidad necesaria las facultades que corresponden especialmente
a nuestra función, sin dejar que las otras se entorpezcan por la iniciación.
Pero se destaca lo siguiente: el hombre, como individuo no está menos hecho
para hacer que para pensar; tiene facultades físicas porque es un ser vivo y no
por nada ha perpetuado, pero también ha ayudado a la perpetuación el
raciocinio. Consagrándose únicamente al pensar, las sociedades alcanzaron
cierto grado de desarrollo, pero sólo
puede desarrollarse si el hombre deja de lado la acción. Es decir, según lo
propuesto un individuo puede llegar a ser un ser pensante o un ser de acción,
pero no ambas.
Es así como el autor demuestra que la sociología juega un
papel importante en la determinación de los fines que la educación debe
perseguir.
Sin duda reconoce que la psicología es esencial al
brindarnos los mejores métodos para poder conducir a los estudiantes hacia la
dirección determinada por la sociedad. Pero como los fines de la educación son
sociales, los medios y métodos con los cuales pueden alcanzarse esos fines
deben tener necesariamente este carácter
Siempre que hay un cambio o transformación en el sistema
educativo, detrás hay una transformación social, y se da como respuesta a
ciertas necesidades demandadas; es por ello que la psicología sólo podrá
ayudarnos e indicarnos cuál es la mejor manera de conducirse para aplicar al niño los principios establecidos, pero
no podrá hacer que los descubramos, para esto se valdrá de la sociología,
complementándose una con la otra. Siendo la psicología la que nos dice cómo
aprende cada individuo y la sociología la que conjunta el saber para un bien
común.
El individuo pasa a ser el segundo plano de la
investigación, para convertirse la sociología en el primero, yendo más allá de
investigar sus componentes o analizarlos; lo que se busca ahora es que otorgue
las ideas directoras que brinden sentido al obrar común